Motivación a la lectura
La estimulación que prepare su desembarco feliz en la lectura debe empezar muy pronto. Y lo mejor –y lo peor– es que depende en gran parte de los padres. El colegio, en este aspecto como en tantos otros, será un eficaz colaborador, pero carece del poder estimulante de los padres e incluso, de los abuelos y hermanos mayores. Tiene 3, 4, 5 años... No sabe leer, pero le gustan los cuentos. El libro es todavía un juguete mágico que le proporciona momentos deliciosos con los adultos. Leedle ahora a vuestro hijo o hija cuentos “interminables”, llenos de ternura; historias de animales, cómicas o tristes, con un final feliz; “horribles” aventuras de ogros y princesas que pongan en marcha su imaginación y despierten sus deseos de descubrir el mundo de la lectura. Vuestra voz, gestos, transmitirán a vuestro hijo mucho más que una historia: el cuento se convierte en una inigualable corriente de afecto, unión y fascinación.
¿Eres un buen “cuentacuentos”?
Trucos para aficionar a los niños a la lectura• Mantener una cita regular con el niño o niña y la lectura. El mejor momento, por la noche, antes de que se duerma. • No cortar la narración. Los niños necesitan conocer el comienzo, el desarrollo y el fin de la historia para comprender la estructura, por eso cuanto más pequeños comenzar con cuentos cortos • No recordar al niño que tendrá que aprender a leer para estudiar. • No desmenuzar la historia con excesivas explicaciones o preguntas sobre el texto. La magia se esfuma. • Recordar la historia al día siguiente para potenciar la conversación esto provocará en el niño un interés agradable fomentado la imaginación. • Transmitir entusiasmo al leer: un cuento leído con cierta teatralidad acapara la atención del niño: cambios de voz, gestos... • Dejar a los niños que manipulen los cuentos, los hojeen, investiguen, miren las ilustraciones, nos comenten lo que ven... • Las rimas, adivinanzas y trabalenguas tienen mucha musicalidad y los divierten. • La selección de los libros es importantísima: ilustraciones, temas, papel.... Pero sobre todo que sean adecuados a la edad. • No olvidar que, a cualquier edad, la lectura es un placer compartido.
10 Razones para leerles un cuento
1- Los cuentos ayudan al niño a resolver sus conflictos afectivos y descargar sus angustias. Cada final feliz le da consuelo, esperanza y confianza.
2- Los cuentos aportan experiencias variadas que aumentan su conocimiento de la realidad y van enriqueciendo su forma de pensar y conformando sus conductas.
3- Los cuentos de hadas ahuyentan pesadillas y temores nocturnos. El niño adquiere seguridad en sí mismo cuando comprueba que el protagonista ha sido capaz de vencer al lobo o a la bruja.
4- “Había una vez...”. Los cuentos tradicionales tienen una gran fuerza evocadora. Tienen el poder de introducir al niño en un mundo diferente.
5- Los padres que cuentan cuentos a sus hijos afianzan los lazos afectivos con ellos: el niño es consciente de que sus padres están ahí para dialogar, compartir sus fantasías, aclararle sus dudas... para estar con él.
6- El cuento estimula el lenguaje del niño y lo pone en contacto con la lengua literaria, más cuidada que el lenguaje cotidiano. El cuento aumenta su capacidad de comprensión y expresión.
7- Los libros con imágenes, viñetas o pictogramas provocan en el niño el deseo de comenzar a leer.
8- La narración de los cuentos fomenta su actitud de escucha y su memoria.
9- Los cuentos populares que tratan temas y costumbres de nuestra sociedad ayudan al niño a conocer las tradiciones ancestrales.
10- Al hilo de nuestras narraciones, el niño puede inventar sus propias versiones, según su fantasía. De esta forma, también promovemos su creatividad.
2- Los cuentos aportan experiencias variadas que aumentan su conocimiento de la realidad y van enriqueciendo su forma de pensar y conformando sus conductas.
3- Los cuentos de hadas ahuyentan pesadillas y temores nocturnos. El niño adquiere seguridad en sí mismo cuando comprueba que el protagonista ha sido capaz de vencer al lobo o a la bruja.
4- “Había una vez...”. Los cuentos tradicionales tienen una gran fuerza evocadora. Tienen el poder de introducir al niño en un mundo diferente.
5- Los padres que cuentan cuentos a sus hijos afianzan los lazos afectivos con ellos: el niño es consciente de que sus padres están ahí para dialogar, compartir sus fantasías, aclararle sus dudas... para estar con él.
6- El cuento estimula el lenguaje del niño y lo pone en contacto con la lengua literaria, más cuidada que el lenguaje cotidiano. El cuento aumenta su capacidad de comprensión y expresión.
7- Los libros con imágenes, viñetas o pictogramas provocan en el niño el deseo de comenzar a leer.
8- La narración de los cuentos fomenta su actitud de escucha y su memoria.
9- Los cuentos populares que tratan temas y costumbres de nuestra sociedad ayudan al niño a conocer las tradiciones ancestrales.
10- Al hilo de nuestras narraciones, el niño puede inventar sus propias versiones, según su fantasía. De esta forma, también promovemos su creatividad.